16º Domingo del Tiempo Ordinario
21 de julio 2024
Ora:
Señor Jesús, ayúdanos a priorizar la oración sobre la actividad y a buscar equilibrio en nuestras vidas. Amén.
Lecturas:
Jer 23:1-6
Sal 23:1-6
Ef 2:13-18
Mc 6:30-34
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Jesús invita a Sus discípulos a descansar en Él.
El Evangelio de este domingo habla volúmenes sobre el cuidado tierno de Jesús hacia Sus apóstoles cuando regresaron rebosantes de su primera exitosa excursión misionera. Después de seguirlo a Él durante tanto tiempo, Jesús envió a Sus discípulos por su cuenta para predicar, enseñar, sanar y expulsar demonios. Agotados y llenos de emoción, ¿puedes imaginar todas las historias que tenían para compartir? Mucha gente los siguió y suplicó por su atención. Jesús amaba los corazones apasionados de Sus nuevos misioneros, pero también sabía Lo que más necesitaban antes de enviarlos de nuevo a servir. Necesitaban apartarse y descansar físicamente y espiritualmente con Él.
Esta es una lección vital para todos los cristianos que sirven activamente en el ministerio. Al igual que los apóstoles, necesitamos tiempo con Jesús. No importa cuántas buenas obras hagamos, amar a Dios y a los demás solo a través de nuestras obras no es suficiente. Debemos reservar tiempo para nutrir nuestra vida interior mientras buscamos la unión divina con Él. Al nutrir nuestras almas con Jesús en la Sagrada Eucaristía también nos lleva a la unidad con el Señor. La oración nos ayuda a recordar que Dios tiene el poder y el control, no nosotros mismos, y fortalece nuestra confianza en Él. Puede ser poco saludable e incluso peligroso para nuestras almas si no ponemos nuestra relación con Cristo antes que todo lo demás. Necesitamos tiempo personal y contemplativo con Jesús, el amante de nuestras almas.
Como la Sagrada Eucaristía es la cima de nuestra fe, nuestra vida interior, nuestra relación personal con Dios, es la base de nuestra fe. Es aquí donde realmente podemos conocer y amar a Dios. También podemos compartir nuestras alegrías, tristezas y preguntas en la oración. Podemos pedir al Espíritu Santo que continúe guiando y moldeando nuestros corazones y acciones en el mismo corazón que Jesús. En la oración, podemos sentarnos en Su presencia, en alabanza, adoración y gracia, y escuchar la Santa Voluntad de Dios mientras habla a nuestros corazones. Este descanso y renovación de nuestras almas es como poner gasolina en nuestros tanques espirituales para alimentar más del amor y la acción de Dios a través de nosotros. Deberíamos priorizar nuestra vida contemplativa, profundizando en conocer y amar a Dios, ya que esta es la vida que disfrutaremos algún día en el cielo. Nuestra vida activa de amor y servicio fluirá naturalmente a partir de esto mientras que aprendamos a ver a Dios más claramente en los demás.
Reflexionar y Discutir:
- ¿Qué estás haciendo para profundizar tu vida interior con Dios?
- ¿De qué manera pueden ser un problema el demasiado servicio y no tener suficiente tiempo para oración?
- ¿Cómo puede el descanso físico y espiritual ayudar en tu relación con Dios y con los demás?
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